José Lázaro adquirió el «Tríptico de la Asunción» de Orduña a principios del siglo XX. En 1947, año de su muerte, vendió la tabla central –obra de Marcellus Coffermans– al coleccionista barcelonés Santiago Rocamora, de manera que al museo que lleva su nombre sólo llegaron las tablas laterales, con los retratos de los donantes presentados por sus santos patronos (inv. nº 3005 y 3006).