En el tercer tomo del catálogo de dibujos del Museo del Prado, publicado en 1977, Alfonso Emilio Pérez Sánchez incluyó cincuenta y cinco obras de Antonio González Ruiz (Corella [Navarra], 1711 – Madrid, 1788). Ya entonces el historiador advertía que la obra de este artista navarro “reclamaba estudio” pues mostraba “un nivel de calidad superior al de muchos de sus contemporáneos mejor conocidos” (A. E. Pérez Sánchez, Museo del Prado. Catálogo de dibujos. III. Dibujos españoles siglo XVIII. C-Z, Madrid, 1977, pp. 35-49). Desde entonces se han ido incorporando nuevas obras—en buena medida dibujos— al catálogo de este notable retratista y prolífico dibujante gracias a los estudios de José Luis de Arrese (1973), de Mª del Camino Paredes Giraldo (1990, 1992 o 1997) o Mercedes Simal (2012), entre otros.

En el catálogo de dibujos españoles del Museo Lázaro Galdiano (siglos XVI a la primera mitad del XIX), inédito y realizado por Adela Espinós en 2001, González Ruiz figuraba como autor de dos obras: Alegoría de San Prudencio y de la Provincia de Álava y Estudio para un retrato masculino (figs. 1 y 3). Ahora este número se amplía con la incorporación de seis escenas protagonizadas por ángeles niños trazadas a tinta sobre una hoja de papel que en dicho catálogo de 2001 fueron consideradas anónimas (fig. 7). Además, se identifica como parte de este dibujo múltiple del Lázaro Galdiano un fragmento conservado en el Museo del Prado (fig. 8), por lo que el dibujo de González Ruiz, antes de ser recortado, contaba originalmente con ocho escenas.

El dibujo de la Alegoría de San Prudencio y de la Provincia de Álava (fig. 1) tiene una inscripción que identifica el encargo y su iconografía: “siete pies/ de Orden del Sr. Dn. Matheo Joseph del Larrea. Se ha de hacer el Sn Prudencio Hijo, y Patrono de la / Provincia de Alava / cinco Pies menos 4 dedos” (fig. 1a). Se trata del preparatorio para la pintura de este mismo asunto encargada a González Ruiz en 1762 por las Juntas Generales de Álava. Representa al santo vestido de pontifical, con mitra y báculo, que ofrece una rama de olivo a una matrona que simboliza la provincia de Álava, cuyo escudo sostiene un geniecillo con alas de mariposa situado en el ángulo inferior derecho. En la otra esquina un niño muestra los frutos de la tierra. Las medidas que figuran en la inscripción hacen referencia al tamaño que habría de tener el lienzo, conservado hoy en el Museo de Bellas Artes de Álava (fig. 2). La fuente iconográfica de la composición, como se indica en la ficha del catálogo del Museo alavés, se basa en una estampa grabada en 1753 por Francisco Giner a partir de un dibujo de Diego de Villanueva.

El segundo dibujo identificado en 2001 por Adela Espinós es un estudio para un retrato masculino bastante detallado en cuanto a postura, indumentaria y sombreado realizado sobre papel verjurado de tono verdoso (fig. 3). Aunque debió de realizarlo del natural, el rostro del personaje solo está esbozado, por lo que es probable que González Ruiz representara sus facciones en otro dibujo hoy desconocido. La impronta de Michel-Ange Houasse, de quien González Ruiz fue alumno en su academia madrileña entre 1726 y 1730, es aquí evidente y se manifiesta en su elegante pose y prolija representación del traje. Está firmado a tinta, abajo a la derecha, con las iniciales “A / G” entrelazadas, forma habitual utilizada por el artista en muchos de sus dibujos (Academia de San Fernando, Museo del Prado o Biblioteca Nacional). Representa a un caballero vestido a la moda de mediados del siglo XVIII sentado en una butaca junto a una mesa cubierta con tela, donde apoya su mano derecha, en la que sostiene una pluma. Resulta muy cercano en cuanto a concepto y trazo a un boceto para retrato masculino del mismo autor conservado en el Museo del Prado (fig. 4). En 2001 se mencionó la posibilidad de que este dibujo del Museo Lázaro fuera un estudio para el retrato al óleo de Ignacio Hermosilla (fig. 5), del que se conserva un preparatorio seguro en el Museo del Prado (fig. 6). Sin embargo, aunque hay elementos comunes, también hay notables diferencias en cuanto a composición, indumentaria o tamaño de la figura, lo que lleva a concluir que se trata de dos personajes distintos.

En la obra que hoy se da a conocer González Ruiz trazó seis viñetas a tinta con diferentes escenas protagonizadas por ángeles niños (fig. 7): en la primera, uno muestra a los otros dos un rosario que sostiene extendido entre sus manos (inv. 10.300); en la segunda aparecen dos angelotes con un perro que sostiene en la boca una antorcha encendida, símbolo de santo Domingo de Guzmán (10.301); en la tercera se ve a tres ángeles con un cesto con flores (10.302); en la cuarta, de nuevo tres, uno de ellos con una vara en su mano izquierda (10.303); en la quinta tres ángeles junto a una calavera (10.304) y, en la sexta viñeta, se representa a dos ángeles sosteniendo y mostrando una estola a un tercero (10.305). En el Museo del Prado se conserva un pequeño dibujo de González Ruiz con dos escenas que por soporte, tamaño, asunto y técnica debe considerarse un fragmento recortado de la parte superior del dibujo del Museo Lázaro (fig. 8). Ambos papeles resultan idénticos —la leve diferencia en el tono se debe a las fotografías— y conservan la irregularidad en los bordes no afectados por el corte mediante el que, en época desconocida, fueron separados. La composición original de González Ruiz, por tanto, estaba formada por ocho viñetas con escenas perfectamente terminadas. Las dos del Museo del Prado fueron catalogadas por Pérez Sánchez y representan a tres ángeles niños alzando el pomo del ungüento y otros tres jugando con la corona de espinas, elementos relacionados con la pasión de Cristo. Ya en 1977, las escenas del Prado se pusieron en relación con las alegorías de las artes dibujadas por González Ruiz y grabadas luego por su yerno, Juan Bernabé Palomino, que se conservan en la Calcografía Nacional. En efecto, todas tienen el mismo tipo de trazo seco y muestran modelos infantiles prácticamente idénticos. En la Biblioteca Nacional se conservan doce esbozos preparatorios para estas alegorías de las artes que, grabadas por Palomino, sirvieron para ilustrar las Actas de la Real Academia de San Fernando (figs. 9 y 10). Precisamente la forma de construir las figuras y crear las sombras, con tramas y líneas muy marcadas, lleva a pensar que este conjunto de ocho viñetas también pudo realizarse para ser grabadas.

_{Fig. 9 y 10. Antonio González Ruiz. Seis composiciones con geniecillos y niños jugando. Lápiz negro, pluma y tinta, 182 x 140 mm. BNE. DIB-13/5/40 y DIB-13/5/41}

Biografía de Antonio González Ruiz

Hijo de un modesto pintor local, Antonio González Ruiz nació en Corella (Navarra) el 14 de junio de 1711. A los quince años se instaló en Madrid buscando formación, que encontró en el taller de Michel-Ange Houasse, donde permaneció hasta la muerte del maestro en 1730. Desde 1732 completó su educación, a sus expensas, en París, Roma y Nápoles. Desde su regreso a Madrid en 1737, trabajó para Palacio y la Fábrica de Tapices de Santa Bárbara y formó parte de la Junta Preparatoria para la fundación de la Real Academia de Nobles Artes, de la que llegó a ser director en 1769. Fue nombrado Pintor del Rey en 1744, Pintor de Cámara en 1756, académico de mérito de la Academia de San Carlos de Valencia en 1768 y miembro de honor de la Academia Imperial de San Petersburgo. Murió en Madrid el 1 de abril de 1788 y fue enterrado en la parroquia de San Andrés.

(Véase Laura Fernández Bastos, https://dbe.rah.es/biografias/19293/antonio-gonzalez-ruiz)

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Texto: Carlos Sánchez Díez (Conservador del Museo Lázaro Galdiano).

Blog creado y actualizado por Jose Mªría Martín Écija (Internet, redes sociales y nuevos medios, Museo Lázaro Galdiano).

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