La colección de pintura flamenca de los siglos XV y XVI del Museo Lázaro Galdiano


La colección de pintura flamenca de los siglos XV y XVI reunida por José Lázaro Galdiano es excepcional por la cantidad y la variedad de las obras reunidas. Casi un centenar de tablas de carácter religioso entre las que se encuentran obras de las primeras figuras de este arte como: Gerard David, Quentin Metsys, Adriaen Isembrant, Marcellus Coffermans o El Maestro de las Medias Figuras. Ninguna otra colección privada contemporánea a la de Lázaro contaba, por ejemplo, con tres obras atribuidas al Bosco. Este conjunto da por sí mismo notoriedad a la colección: Las meditaciones de san Juan Bautista, obra excepcional de 1495; La visión de Tondal, una pieza adscrita recientemente a su taller y, Las injurias a Cristo, una magnífica versión de un seguidor del artista.

Selección de obras destacadas de la colección de pintura flamenca de los siglos XV y XVI del Museo Lázaro Galdiano
Selección de obras destacadas de la colección de pintura flamenca de los siglos XV y XVI del Museo Lázaro Galdiano

José Lázaro Galdiano, coleccionista de pintura flamenca

De alguna manera, José Lázaro consideraba la pintura flamenca como una pintura nacional, ya que gran parte de los territorios donde se creó pertenecieron a la corona española. Este aspecto cobró gran importancia a la hora de seleccionar el mayor número de obras con estas características, pues con ellas se pretendía también explicar la importancia de la península en el contexto cultural europeo.

Para José Lázaro, el coleccionismo de esta pintura era además un motivo de formación personal, un modo de introducirse en la tarea no solo de coleccionista sino también de estudioso del arte. Para ello visitaba exposiciones, tomaba notas, viajaba, manejaba bibliografía actualizada. A veces fue visitado por autores como Hulin de Loo, Ludwig Justi a quienes da a conocer sus compras. También mantiene correspondencia, consultándole sobre sus piezas con especialistas como August Mayer o Friedlander.

José Lázaro Galdiano, el Palacio de Parque Florido (actual Museo) y dos de las obras más destacadas de su colección: "El Aquelarre" de Goya y las "Meditaciones de San Juan Bautista" del Bosco
José Lázaro Galdiano, el Palacio de Parque Florido (actual Museo) y dos de las obras más destacadas de su colección: El Aquelarre de Goya y las Meditaciones de San Juan Bautista del Bosco

José Lázaro Galdiano inició muy pronto su colección de pinturas flamencas, a pesar de que le atribuía a su esposa, Paula Florido, la afición por estas pinturas. Algunas piezas las presenta ya en 1907 formando parte de la colección de tarjetas postales de su colección que publicó en su editorial La España Moderna. Cuando en 1913, el fotógrafo francés Lacoste publica un álbum con piezas de la Colección Lázaro, ya aparecerán por ejemplo la de Gerard David, el Coffermans o cinco tablas atribuidas a Quentin Metsys, Las obras del Bosco no aparecerán hasta la publicación de sus catálogos de 1926 y 1927.

La pintura flamenca

La pintura flamenca se desarrolla a finales de la Edad Media en una serie de territorios de fronteras variables del norte de Europa que hoy se integran en los países de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y algunas zonas limítrofes de Alemania y Francia. Es una pintura fundamental en el desarrollo de la vida artística y cultural europea, pues con ella se introducen importantes avances técnicos, como la generalización de la pintura al óleo sobre tabla y el uso de veladuras para la creación de volúmenes. Además, habrá cambios importantes en la relación entre los artistas y los propietarios de los cuadros. El pintor dejará de trabajar solo por encargo y lo hará para un cliente desconocido, una burguesía adinerada que demanda obras acordes con una nueva sensibilidad religiosa que propicia la práctica de la devoción privada. Entre los siglos XV y XVII, la pintura flamenca ejerció una influencia decisiva en la creación de la cultura y la espiritualidad europeas.

El Bosco: Meditaciones de San Juan Bautista. Vídeo sobre su origen e iconografía

Se trata de un arte con grandes raíces ciudadanas, donde la actividad de los pintores estaba regulada por la gilda, una especie de gremio, para cuya pertenencia era importante demostrar no solo la pericia, sino también la condición de ciudadanía. Entre los pintores que formaban cada gilda destacaron algunos como creadores de modelos que fueron repetidos por otros artistas, que no siempre formaban parte del mismo taller y que, generalmente, aportaban variaciones al modelo original. Se creó así un arte agrupable en escuelas como las de Brujas, Gante, Bruselas o Amberes. De cada una de ellas encontrarán obras de diversos autores en la colección.

Pinturas destacadas de la colección de pintura flamenca de los siglos XV y XVI del Museo Lázaro Galdiano

A Hieronymus Bosch se debe la tabla de san Juan Bautista, de delicadísima ejecución y una verdadera joya de su producción. En ella se representa un personaje de fisonomía bastante común en la obra del autor, que aquí aparece meditando y señalando al cordero místico, tal y como se dice en el Evangelio de san Juan 1, 29-34: “He aquí el cordero de Dios…”. El paisaje con las extrañas montañas y, sobre todo, la planta quimérica del primer plano, nos sitúan inmediatamente en los ensoñadores mundos del Bosco, y sirve al artista para cubrir la efigie de un donante con quien debió tener fuertes desavenencias, como muestra la imagen de infrarrojos.

EL BOSCO: "Meditaciones de San Juan Bautista". Museo Lázaro Galdiano
EL BOSCO: Meditaciones de San Juan Bautista. Museo Lázaro Galdiano

Puedes ver, en tiempo real, el secreto que oculta la tabla del Bosco mediante fotografía infrarroja, reflectografía infrarroja y radiografía con rayos X en la web oficial boscointeractivo.es

3 entradas disponibles en este mismo blog sobre las Meditaciones de San Juan Bautista del Bosco

Coincidiendo con la conmemoración de la muerte de este artista concluyeron los estudios y la restauración de una obra que goza de todo el léxico del pintor de ‘s-Hertogenbosch y que pudo adscribirse a su taller: La visión de Tondal. Está basada en un relato iniciático del siglo XII de origen irlandés y resume las penas que sufren en el infierno los pecadores y su posibilidad de redención.

TALLER DEL BOSCO: "La visión de Tondal". Museo Lázaro Galdiano
TALLER DEL BOSCO: La visión de Tondal. Museo Lázaro Galdiano
Iconografía de La visión de Tondal, obra del taller del Bosco

Lázaro adquirió en un convento de la ciudad de Salamanca una de las tres versiones que existen de Las injurias a Cristo, obra de la mano de algún seguidor del Bosco. Las otras dos copias se encuentran en El Escorial y en el Museo Pío V de Valencia. La tabla del Museo Lázaro Galdiano sería, según la dendrocronología, la más antigua de las tres.

SEGUIDOR DEL BOSCO: "Injurias a Cristo". Museo Lázaro Galdiano
SEGUIDOR DEL BOSCO: Injurias a Cristo. Museo Lázaro Galdiano

De la Escuela de Brujas cuenta la colección con magníficas obras de Gerard David, Memling e Isenbrandt y sus respectivos talleres. Iconográficamente recorren el ciclo de la vida de Cristo completo, desde la Anunciación al Calvario, con pinturas de pequeño tamaño dedicadas a la devoción privada. Por su exquisita factura queremos destacar La Virgen con el Niño de Gerard David que reinterpreta el modelo de Rogier van der Weyden con las fisonomías habituales en Gerard David.

GERARD DAVID: "Virgen con el niño". Museo Lázaro Galdiano
GERARD DAVID: Virgen con el niño. Museo Lázaro Galdiano

La Escuela de Bruselas muestra una temática más profana, con obras atribuidas a artistas como Bernard van Orley, del que tenemos un interesante retrato de noble desconocido.

BERNARD VAN ORLEY: "Retrato de noble desconocido". Museo Lázaro Galdiano
BERNARD VAN ORLEY: Retrato de noble desconocido. Museo Lázaro Galdiano

El patetismo característico de la Escuela de Amberes cuenta con piezas sorprendentes como la Sagrada familia del Maestro del Papagayo y también del miembro más importante de la misma, Quentin Metsys, con el conmovedor Descendimiento, un tríptico magnífico que ha sabido combinar las bellas palabras de la Biblia con las imágenes representadas.

QUENTIN METSYS: "Descendimiento". Museo Lázaro Galdiano
QUENTIN METSYS: Descendimiento. Museo Lázaro Galdiano

Lucas Gassel utiliza el tema religioso del Encuentro de los peregrinos de Emaús como excusa para realizar un magnífico paisaje que combina la realidad de la representación de la naturaleza con arquitecturas imaginadas, con esta magnífica obra Lázaro intentó cubrir todos los géneros representados en esta pintura.

LUCAS GASSEL: "Encuentro de los peregrinos de Emaús". Museo Lázaro Galdiano
LUCAS GASSEL: Encuentro de los peregrinos de Emaús. Museo Lázaro Galdiano

Para finalizar el itinerario por la pintura flamenca de los siglos XV y XVI nos detendremos en la obra de dos artistas que podríamos considerar retardatarios, pues trabajan en la segunda mitad del XVI a la manera del siglo anterior, se trata del Maestro de las Medias Figuras y Marcellus Coffermans, que realiza el Tríptico del enclavamiento de Cristo siguiendo producciones de Schongauer y de Rogier van der Weyden.

MARCELUS COFFERMANS: "Tríptico del enclavamiento de Cristo". Museo Lázaro Galdiano
MARCELUS COFFERMANS: Tríptico del enclavamiento de Cristo. Museo Lázaro Galdiano

Texto: Amparo López Redondo / Conservadora Jefe del Museo Lázaro Galdiano.

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