Una iconografía oculta revelada por una restauración: de Santo Domingo de Guzmán a San Pedro de Verona


La colección de escultura en madera del Museo Lázaro Galdiano, a pesar de no ser muy numerosa —unas doscientas obras— tiene piezas muy interesantes y poco conocidas, como la María Magdalena de Juan de Mena, que recientemente ha vuelto a exponerse en el Museo. También hay otras que, en principio, pueden llamar menos la atención y, sin embargo, tienen una jugosa historia, como es el caso de este busto relicario que ha mantenido oculta su identidad original durante más de un siglo. Para celebrar el veinticinco aniversario de la publicación de El Hereje, de Miguel Delibes (1920-2010), la Junta de Castilla y León y la Fundación Delibes organizaron una exposición (del 17 de octubre de 2023 al 17 de febrero de 2024) que muestra una perspectiva histórica de Castilla en el siglo XVI, así como la influencia del pensamiento de Lutero y Erasmo en la sociedad de esa época. El comisario de la exposición, Mario Crespo, seleccionó cuatro piezas del Museo, entre ellas un busto relicario de Santo Domingo de Guzmán de escuela castellana de hacia 1500 (figs. 1 y 2).

La escultura, de busto corto, representa a un monje dominico con la cabeza parcialmente afeitada (tonsura) vestido con el hábito característico de esta orden, túnica blanca —aquí apenas visible— cubierta con capa negra y, sobre esta, una capilla negra con capucha. En la espalda se abre una hornacina donde irían colocadas las reliquias del santo. El mal estado de conservación de la obra, con suciedad generalizada, oxidación de la capa de barniz, grietas del soporte y pérdidas de materia de la capa de policromía hizo necesaria su restauración, de la que se ha ocupado con habilidad y buen criterio Yolanda López. Desde que la escultura llegó al taller de restauración y se hicieron las primeras pruebas se advirtió que estaba completamente repintada. Al ir levantando este repinte se observó que conservaba un porcentaje muy elevado de la policromía original, de mayor calidad, con numerosos y llamativos regueros de sangre atravesando el rostro que partían de la parte superior de la cabeza, donde había un tajo transversal con una herida sangrante (figs. 3-7).

Figs. 3-7. Detalles de la obra en diferentes fases de la intervención (julio-agosto de 2023)

La herida en la cabeza descartaba a Santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos, en favor de san Pedro de Verona (1205-1252), dominico italiano que desarrolló una intensa actividad apostólica contra los cátaros y llegó a ocupar el cargo de Inquisidor de Lombardía. Pedro de Verona fue asesinado el 6 de abril de 1252 en un bosque entre Como y Milán por Pietro da Balsamo, quien le asestó un golpe en la cabeza con un alfanje y lo remató con una puñalada en el pecho, homicidio organizado por un obispo herético, Daniele da Giussano. Poco después, el 9 de marzo de 1253, fue canonizado por Inocencio IV. Además, en reconocimiento a su lucha contra las herejías, fue nombrado patrono de los inquisidores.

Es muy habitual representar a San Pedro con el cuchillo clavado en la cabeza, elemento que debió de formar parte de esta escultura hasta que, en fecha desconocida —posiblemente en el siglo XIX— y por razones ignoradas (¿mala conservación, cambio en el gusto o deseo de representar a un santo más conocido y menos sangriento?), fue reconvertida en una imagen del fundador de los dominicos.

Como se ve en las imágenes, para disimular el tajo en la cabeza se hizo un buen trabajo ensamblando una pieza perfectamente adaptada al hueco, un trabajo fino que contrasta con la nueva policromía que enmascaró y cubrió no solo los abundantes regueros de sangre —realizados con un ligero relieve—, sino toda la superficie de la talla, carnaciones incluidas. También la peana, que no conserva la moldura delantera original, fue entonces reconstruida y pintada de forma burda. Una vez concluida la restauración, tras mostrarse en la citada exposición, la obra volverá a la vitrina de escultura de la sala 21 del Museo habiendo recobrado su aspecto e identidad original (figs. 8-14).

Figs. 12-14. Estado final tras la restauración

Texto: Carlos Sánchez Díez (Conservador del Museo Lázaro Galdiano).

Blog creado y actualizado por Jose Mªría Martín Écija (Community Manager, Webmaster y blogger del Museo Lázaro Galdiano).

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