En el conjunto de dibujo francés de los siglos XVIII y XIX del Museo, integrado por algo más de un centenar de obras, destacan por número, calidad e interés iconográfico los retratos. La mayoría de ellos fueron realizados a lápiz, tinta o acuarela, seguidos a gran distancia –apenas una docena– por los trazados a sanguina. En cuanto a su cronología, se observa un predominio claro de los creados durante el siglo XIX. Por estas circunstancias –junto a su apreciable calidad– merece la pena dar a conocer estos dos retratos a sanguina firmados y fechados en 1777 por Jean Florent Defraine, un artista reconocido por sus contemporáneos que hoy apenas es recordado (figs. 1 y 2).
La sanguina es una técnica artística empleada en el dibujo sobre papel, al menos desde el siglo XV, principalmente en el ámbito italiano (Leonardo, Miguel Ángel o Rafael) y francés (Lorrain, Le Brun, Fragonard, Manet o Renoir, entre otros muchos). Se trata de un pigmento preparado a base de arcillas ferruginosas con presencia habitual de hematites de tono rojo oscuro, similar a la sangre, de donde deriva su nombre. Puede usarse en seco, en barra o lápiz, o en húmedo mezclado con agua y aplicado con pincel. Su luminosidad y el efecto realista que aporta a las carnaciones hacen que sea muy adecuado y utilizado para el retrato.
El primer dibujo es un retrato de busto corto y perfil de un caballero de acomodada apariencia y mediana edad con peinado e indumentaria característicos de la moda francesa de la segunda mitad del siglo XVIII (fig. 1). En el dorso hay una inscripción manuscrita a tinta que reza así: “Luis Pierre Fontaine / ne le 24 nov. 1726. / desinee par Defrayne” (fig. 2). Esta inscripción, aunque con algunos errores ortográficos menores –Luis en lugar de Louis, né sin tilde y desinee en lugar de dessiné– ha resultado clave para la identificación del retratado. Se trata de un escultor parisino nacido 1726 y fallecido en su domicilio de la rue Contesse d’Artois en 1788, como recogió el diario Journal de Paris (23 de marzo de 1788, nº 83, p. 364). Era hijo de Pierre Fontaine, maestro tapicero y carpintero del rey, y estaba casado con Madeleine Demachy. No debieron de tener hijos, aunque él aparece citado en documentos notariales como tutor de varias sobrinas. En el contrato de matrimonio de su hermano Antoine, del 5 de mayo de 1747, figura como pensionado del rey en la Academia de Pintura y Escultura; en 1766 vivía en la rue Princesse, en casa de sieur Caffiery (seguramente el escultor real Jean-Jacques Caffieri, 1735-1792), con quien quizá colaborase*. Es muy probable que Fontaine y Defraine se conocieran. El hecho de retratarse, si bien en una técnica y un formato más asequible respecto al de una miniatura o pequeña pintura, parece indicar que, además de interés por perpetuar su efigie, Fontaine pudo disfrutar de una economía saneada.
El segundo dibujo (fig. 3) repite el mismo esquema de busto y riguroso perfil. En este caso el retratado es un niño sin identificar de unos diez o doce años con indumentaria elegante en la que destaca –animando la composición– un curioso sombrero adornado con dos pompones. Para ambos retratos, dibujados con notable maestría, Defraine siguió una tipología de fecunda tradición en la cultura occidental desde la antigüedad clásica, muy habitual en las medallas, monedas o relieves escultóricos. Dado que se conoce un tercer ejemplar con la misma composición, técnica, estilo y cronología, parece que pudo ser un tipo de retrato frecuente en la producción de Defraine (fig. 4). Los dos retratos de hombres adultos están firmados abajo en el centro, “Defraine”, y fechados en 1777, mientras que el del joven no lleva firma ni fecha.
Biografía de Jean Florent Defraine
Los datos biográficos de Jean Florent Defraine (también Florentin y de Fraine) no abundan, aunque sí se conoce un número significativo de sus obras. Nació en París en 1754 y se formó con Jean-Baptiste Lempereur (1726-1796), especializándose como dibujante y grabador. Se conoce una fina Academia masculina de su etapa de formación, fechada en 1775 (fig. 5). Dibujó alguna ilustración para el Voyage pittoresque ou Description des royaumes de Naples et de Sicile de Jean-Claude Richard, abad de Saint-Non (París, 5 vols., 1ª ed. 1781-1786; 2ª ed. 1829), el mismo tipo de trabajo que abordó para el Tableau des anciens Grecs de Louis Lecoeur (1785). Realizó más de un centenar de modelos, grabados y coloreados a mano por A. B. Duhamel, para el Magasin des Modes Nouvelles (1786-1789), publicación con la que colaboró entre 1787 y 1789 (figs. 6 y 7). Fue profesor de la Escuela Libre de Dibujo de su ciudad desde antes de 1789 y hasta 1804, posible fecha de su muerte. Dibujó y grabó un retrato de Gustavo III, rey de Suecia, a partir del busto de perfil en tondo que había realizado el escultor Johan Tobias Sergel (1740-1814), muy semejante en cuanto a composición a los dibujos de Defraine aquí comentados. Curiosamente, hay noticias acerca de un retrato de Jacob Johan Anckarström, el asesino de este rey. También retrató, grabado luego por Jean-Baptiste Fosseyeux, al jurista y diplomático Charles-Augustin de Ferriol d´Argental (fig. 8). Entre sus numerosos trabajos gráficos destacan un dibujo a tinta que representa una Ninfa y Sátiro (París, École nationale supérieure des Beaux-Arts. PM 1476), y las estampas del Sacrificio de Políxena (fig. 9), Las Tres Gracias a partir de Claude Michel Clodion (fig. 10) o las Cariátides de Jean Goujon. También diseñó el frontispicio para la Vida de Luis XVI de Rulík (Praga, 1793) y realizó diversos grabados para la Casa Filhol, entre ellos la Bataille d’Arbelles (1804). Entre las pocas pinturas documentadas se encuentra L’Acte d’Humanité, conocida por un grabado de Robert de Launay fechado hacia 1786 (fig. 11).
*Agradezco a Carlos Saguar la identificación y datos biográficos del escultor Fontaine.
Texto: Carlos Sánchez Díez (Conservador del Museo Lázaro Galdiano).
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