En la Armería del Museo Lázaro Galdiano –vitrina 20.3 (Arma joya)-, se expone dentro de su estuche una escopeta de caza de María Cristina de Borbón junto con sus accesorios que llama la atención por su belleza (Fig. 1).
James D. Lavin (Goya, 1986, nº 114-115, pp. 119), la consideró un ejemplar destacado de la industria armera madrileña de hacia 1830-1835 tanto por su cuidada factura como por su riqueza decorativa, cincelada y dorada. La caja está firmada por Juan Francisco Gutiérrez (Fig. 2) y el cañón, de acero damasquinado, lleva el punzón de Ramón Zuloaga (Eibar, 1768-Madrid, 1848). El estuche de madera forrado con terciopelo se hizo al estilo belga (Fig. 3) y contiene –además de la escopeta– los siguientes accesorios: una turquesa de dos balas y un cortarrebabas separado; una baqueta de acero provista de limpiador y sacatrapos, rematada con figura de niño sobre dragón (fig. 4); un cuerno para la pólvora decorado con medallón grabado –con la figura de un perro rastreando– con gancho para el cinto y cordón de seda y oro para colgar (fig. 5); una cebetera mecánica para cápsulas –cincelada y dorada con palomas– con su cordón de hilo de plata (fig. 6); dos perdigoneras de gamuza bordadas cuya decoración incluye una «M» timbrada con festón a modo de corona y una pequeña bolsa de terciopelo para balas. Faltan el desvolvedor de chimeneas y otro pequeño accesorio.
Según la información y documentación facilitada en 2014 por Miguel Fábregas -descendiente del propietario anterior a José Lázaro- la escopeta perteneció a la viuda de Fernando VII, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1806-1878), quien se la regaló a su sobrina y ahijada María Cristina Muñoz y de Remisa (1859-1923). Esta era hija de Jesús Muñoz y Sánchez (hermano del segundo esposo de la reina madre), y de Concepción de Remisa y Rafó, segunda marquesa de Remisa. El regalo se hizo efectivo con motivo del nacimiento de María Cristina Muñoz (7-10-1859), pasando a la familia Fábregas-Muñoz al casarse con Antonio de Fábregas y Solá (¿?-1935). El conjunto se vendió en una subasta en Barcelona entre 1925-1935, donde debió de ser adquirido por José Lázaro (Fig. 7).
Enlaces relacionados
Una ballesta de caza de Karl Friedrich, duque de Holstein-Gottorp
Texto de Carlos Sánchez Díez, Departamento de Conservación del Museo Lázaro Galdiano.
Blog creado y actualizado por Jose Mª Martín Écija | Webmaster, Blogger y Community Manager | Museo Lázaro Galdiano.