José Lázaro Galdiano, admirador incondicional de Lope de Vega


José Lázaro, gran admirador de Lope de Vega, reunió en su biblioteca un buen número de sus obras, publicadas entre los siglos XVI y XVIII, entre ellas dos primeras ediciones de La Filomena y dos retratos del poeta y dramaturgo para su pinacoteca: uno, atribuido a Eugenio Cajés, adquirido en los últimos años del siglo XIX (fig. 2), y otro, de un pintor anónimo madrileño, seguramente comprado en París entre 1936 y 1939 (fig. 4).

LOPE DE VEGA: primera edición de La Filomena: con otras diversas rimas, prosas y versos. Biblioteca Lázaro Galdiano
Figura 1. LOPE DE VEGA: primera edición de La Filomena: con otras diversas rimas, prosas y versos. Biblioteca Lázaro Galdiano

No podremos olvidar durante mucho tiempo que en los primeros días de 2021 una borrasca profunda, Filomena, afectó a España con una gran tormenta de nieve. Sin embargo, pocos, salvo los estudiosos y admiradores de la obra de Lope de Vega, recordarán que este año se cumplen cuatrocientos de la primera edición de La Filomena: con otras diversas rimas, prosas y versos, obra miscelánea, mezcla de prosas y versos, editada por Alonso Pérez e impresa en Madrid por la viuda de Alonso Martín (ver nota 1). En esta obra, dedicada a doña Leonor de Pimentel, Lope incorpora dos géneros: la novela y la fábula mitológica. En la primera parte, se narra la historia de Filomena, violada y mutilada por su cuñado Tereo según relata Ovidio en las Metamorfosis. La segunda parte, de carácter autobiográfico, recoge sus amores con Elena Osorio, el destierro, su ordenación sacerdotal… Para completar el volumen, Lope incluyó el poema La Andrómeda donde narra la historia de Perseo, la muerte de la Medusa o el nacimiento de Pegaso; una novela corta, Las fortunas de Diana; y las muy interesantes epístolas poéticas (fig. 1).

NOTA 1 – Patrizia Campana, “La Filomena de Lope de Vega como género literario”, Actas XIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, tomo I, Madrid, 2000, pp. 425-432. https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_1_056.pdf

El retrato más conocido de Lope de Vega, obra de su amigo Eugenio Cajés

Atribuido al pintor manierista Eugenio Cajés (Madrid, 1574-1634), este retrato es la efigie más conocida del gran poeta y dramaturgo Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-1635). La amistad y admiración que unió al escritor y al pintor hizo que Lope elogiara sus cualidades en alguna de sus obras, como en El Laurel de Apolo. Por su parte, Cajés comentó de Lope que trataba habitualmente con artistas y que tenía noticias de las artes al ser hijo y tío de pintores y por haber estado casado, durante seis años, con la hija de Diego de Urbina. Entre los escritores del Siglo de Oro, Lope –pintor aficionado y defensor del carácter liberal de la pintura– es el que más alusiones artísticas introduce en sus obras.

EUGENIO CAJÉS: Retrato de Lope de Vega (ca. 1627). Museo Lázaro Galdiano
Figura 2. EUGENIO CAJÉS: Retrato de Lope de Vega (ca. 1627). Museo Lázaro Galdiano

El retrato del Museo Lázaro Galdiano ha de estar pintado a partir de 1627, año en el que el papa Urbano VIII le otorgó a Lope el título de Doctor en Teología por el Collegium Sapientiae de Roma y el hábito de la Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, más conocida como Orden de Malta. De esta forma, el Papa agradeció a Lope el haberle dedicado la Corona trágica, un poema que versa sobre el triste destino de la reina católica María Estuardo, cuya trágica muerte se convirtió en un manifiesto en favor de la fe cristiana y de la moral católica. Cajés destacó en el retrato la Cruz de Malta, distintivo y símbolo de los Caballeros de la Orden de San Juan –una cruz de ocho puntas en alusión a las bienaventuranzas, en forma de V y unidas por sus vértices–, inspirada en las cruces de la Primera Cruzada, cosida sobre el manteo y colgada al cuello con una cinta de seda.

Se ha comentado en alguna ocasión que el lienzo debió formar parte de una galería de retratos de hombres ilustres, relacionándolo con la serie que se encontraba en la Casa de Altamira, pintada, en su mayor parte, por el madrileño Juan van der Hamen y León (1596-1631). Sin embargo, la ausencia de inscripción con la identificación del personaje y las reducidas dimensiones de la pintura nos llevan a pensar que es un retrato de gabinete, de los muchos que se pintaron de Lope pues, según su discípulo Juan Pérez de Montalbán, “no hay casa de hombre curioso que no tenga su retrato o ya en papel, o ya en lámina, o ya en lienzo”.

Figura 3. JUAN DE COURBES: Lope de Vega. Laurel de Apolo, Juan González. Madrid (1630). Biblioteca Lázaro Galdiano
Figura 3. JUAN DE COURBES: Lope de Vega. Laurel de Apolo, Juan González. Madrid (1630). Biblioteca Lázaro Galdiano

La pintura debemos relacionarla con el grabado de Juan de Courbes (1592-h. 1641) que aparece en los preliminares del Laurel de Apolo,publicado en Madrid por Juan González en 1630 (fig. 3), efigie difundida en el siglo XIX al ser litografiada por R. Rojas. Es posible que el grabador francés, activo en Madrid desde 1621, tuviera como modelo la efigie de Lope pintada por Cajés. En ambos casos, el poeta viste de clérigo ya que fue ordenado sacerdote el 24 de mayo de 1614.

El retrato fue propiedad del pintor Valentín Carderera (Huesca, 1796-Madrid, 1880), a quien se debe la atribución a Eugenio Cajés; de él pasó al general Romualdo Nogués (Borja, 1824-Madrid, 1899), quien dijo que había pertenecido al poeta Manuel José Quintana (Madrid, 1772-1857), pasando a manos de José Lázaro hacia 1900 (ver nota 2).

NOTA 2 – José Lázaro incluyó este retrato en una serie de tarjetas postales, Cien obras artísticas propiedad del Sr. Lázaro, con el número 65 y asignado a Cajés, publicadas por su editorial La España Moderna en 1902.

Retrato de Lope de Vega, anónimo madrileño del siglo XVII

ANÓNIMO: Lope de Vega, Madrid (mediados del siglo XVII).
Figura 4. ANÓNIMO: Lope de Vega, Madrid (mediados del siglo XVII).

El segundo retrato está realizado por un anónimo pintor madrileño a mediados del siglo XVII, años después de que Juan González publicara en Madrid el Laurel de Apolo (1630). Esta obra de Lope, la menos estudiada de su extensísima producción, es una crónica de lo acontecido en las Cortes convocadas por la Fama en el Parnaso, donde el dramaturgo ensalzó textos de más trescientos escritores de la época, convirtiéndose en un magnífico compendio de cultura e historia con numerosas referencias autobiográficas. El Laurel está representado al fondo, sobre una repisa, bajo una escultura de Apolo hacia la que Lope señala con su mano derecha. Sobre la mesa, La Arcadia, novela pastoril escrita entre los años 1592 y 1594, y un notable “bodegón” compuesto por libros, unas gafas, unas tijeras y un tintero. Lope, sentado en un sillón frailero, viste sotana y manteo y lleva colgada al cuello la Cruz de Malta.

  • Fig. 5. MANUEL SALVADOR CARMONA: Lope de Vega. Parnaso español, tomo III. Juan José López Sedano (1768-1778). Biblioteca Lázaro Galdiano
  • Fig. 6. JUAN MORENO TEJADA: Lope de Vega. Colección de las obras sueltas así en prosa como en verso, tomo I. Antonio Sancha y Francisco Cerdá y Rico.
  • Fig. 7. FERNANDO SELMA: Lope de Vega. Según dibujo del pintor Rafael Ximeno. Retratos de españoles ilustres. Madrid, 1791. Biblioteca Lázaro Galdiano

Con toda probabilidad, este retrato fue el modelo de tres estampas muy conocidas y divulgadas. Una, la grabada por Manuel Salvador Carmona (Nava del Rey, 1734-Madrid, 1820), incluida en el tomo III del Parnaso español, antología editada por Juan José López Sedano entre 1768 y 1778 (fig. 5). Otra, la realizada en 1776 por Juan Moreno Tejada (Carrión de los Condes, 1739-Madrid, 1805), publicada en el primer tomo de la Colección de las obras sueltas así en prosa como en verso,editadas por Antonio Sancha y el erudito Francisco Cerdá y Rico (fig. 6). Y una tercera, la de Fernando Selma (Valencia, 1752-Madrid, 1810), según dibujo del pintor valenciano Rafael Ximeno (1759-1825), inserta en el primer cuaderno de los Retratos de españoles ilustres que se puso a la venta en Madrid el 8 de marzo de 1791 (fig. 7). Este importante proyecto fue asumido directamente por José Moñino y Redondo, I conde de Floridablanca, a través de la Secretaria de Estado, con objeto “de excitar en los vasallos á la vista de las imágenes de sus héroes el noble deseo de imitarlos, y aun de excederlos; y la inclinación bien conocida del Monarca al fomento de las Artes y el buen gusto, de los estudios útiles, y quanto pueda contribuir al bien y lustre de su Reyno”.

Según el historiador Enrique Lafuente Ferrari, el rostro de este retrato está inspirado en la mascarilla realizada por el escultor y tracista Antonio de Herrera Barnuevo que sirvió de modelo para otros retratos de Lope de Vega (ver nota 3).

NOTA 3 – Enrique Lafuente Ferrari, Los retratos de Lope de Vega: exposición bibliográfica de la Biblioteca Nacional, Madrid, 1935.2.

La pintura perteneció a la colección de Juan de Iriarte (La Orotava, 1702-Madrid, 1771) y a su muerte la heredó su sobrino Bernardo de Iriarte (Puerto de la Orotava, 1735-Burdeos, 1814). Posteriormente, pasó a poder de Luis Navas (doc. 1880-1915), siendo adquirida por José Lázaro a finales de la década de los años treinta.

Lope de Vega en la Biblioteca Lázaro Galdiano

FÉLIX LOPE DE VEGA CARPIO: Cartas al duque de Sessa. Entre 1610 y 1617, manuscrito autógrafo. Inv. 15652
Figura 8. FÉLIX LOPE DE VEGA CARPIO: Cartas al duque de Sessa. Entre 1610 y 1617, manuscrito autógrafo. Inv. 15652

La admiración de Lázaro por Lope le llevo a adquirir, aparte de los dos retratos y de un buen número de obras que atesoró en su Biblioteca, uno de los cinco tomos, concretamente el segundo, de las cartas escritas por Lope a Luis Fernández de Córdoba y de Aragón, VI duque de Sessa, entre 1610 y 1617, compradas en París en marzo de 19351 (fig. 8). Ese mismo año, en el mes de junio, Lázaro impartió una conferencia con proyecciones, dentro del ciclo Los retratos de Lope, en los locales de Acción Española, donde destacó los retratos de Lope de 1602, el que figura al frente de la Jerusalén conquistada, el de los Triunfos divinos y el de 1630, en El laurel de Apolo, el mejor de todos a su juicio y, como hemos comentado, probablemente inspirado en el retrato pintado por su amigo Eugenio Cajés que pertenecía a su pinacoteca.

NOTA 4 – Juan Antonio Yeves Andrés, “La pieza invitada: cartas de Lope al Duque de Sessa, 1610-1617”. Blog de la Biblioteca Lázaro Galdiano, 19 de noviembre de 2018.

  • Fig. 9. FRANCISCO PACHECO: Lope de Vega. En Libro de descripción de verdaderos retratos, de ilustres y memorables varones. Sevilla, 1599-1644. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 15654.
  • Fig. 10. ANÓNIMO: Lope de Vega. Xilografía. Biblioteca Nacional de España, IH/9640/2.

Además de los retratos reseñados, en el famoso manuscrito, y joya de la Biblioteca Lázaro Galdiano, el Libro de descripción de verdaderos retratos, de ilustres y memorables varones, conocido como el “Libro de retratos de Francisco Pacheco”, realizado en Sevilla entre 1599 y 1644, se encuentra un retrato de Lope de Vega (fig. 9 y nota 5) cercano en fecha a la xilografía que con su efigie, la más repetida en los libros de Lope, figura en Isidro: Poema castellano de 1602 –editado por Juan de Montoya e impreso por la viuda de Pedro Madrigal–, en Peregrino en su Patria de 1604 o en Hermosura de Angélica de 1605 (fig. 10).

NOTA 5 – Juan Antonio Yeves Andrés, “Lope de Vega en el Libro de retratos de Francisco Pacheco”. Blog de la Biblioteca Lázaro Galdiano, 14 de junio de 2018.

Lope de Vega en la decoración del Palacio de Parque Florido

Lope de Vega no solo está presente en las pinturas, en los libros, las estampas o en los manuscritos reunidos por José Lázaro, también lo vemos en la decoración del Palacio de Parque Florido, residencia del coleccionista y bibliófilo, hoy sede del Museo Lázaro Galdiano (nota 6).

NOTA 6 – Carlos Saguar Quer, Parque Florido. Itinerarios temáticos del Museo Lázaro Galdiano. Madrid, 2014.

  • Fig. 11. EUGENIO LUCAS VILLAMIL: Alegoría de la Literatura (detalle de la pintura del techo del Gabinete de la Comedia). 1906-1907. Sala 10 del Museo Lázaro Galdiano.
  • Fig. 12. MANUEL CASTAÑOS: Lope de Vega. 1907. Sala 7 del Museo Lázaro Galdiano.

En el Gabinete de la Comedia, donde tendrían lugar las tertulias literarias, aparece en lugar preeminente la figura de Lope (fig. 11) que también fue el elegido para uno de los seis medallones, con bustos de escritores y artistas, de las sobrepuertas del Salón principal o Salón de honor del palacio (fig. 12). Estos detalles pueban la admiración incondicional de José Lázaro por Lope de Vega.

Colaboración con la casa museo Lope de Vega

En los últimos años el Museo y la Biblioteca Lázaro Galdiano han colaborado con la Casa Museo Lope de Vega, de Madrid, prestado sus fondos para el proyecto expositivo “La Pieza Invitada”.

Casa Museo Lope de Vega. “La pieza invitada” (2016). Retrato de Lope de Vega, Eugenio Cajés, hacia 1627. Museo Lázaro Galdiano.
Casa Museo Lope de Vega. “La pieza invitada” (2016). Retrato de Lope de Vega, Eugenio Cajés, hacia 1627. Museo Lázaro Galdiano.

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Autores de la entrada

Texto de Carmen Espinosa Martín, Conservadora Jefe del Museo Lázaro Galdiano.

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